Rehabilitación cognitiva para Alzheimer

En 1907, un patólogo y psiquiatra alemán llamado Dr. Alois Alzheimer presentó el primer trabajo sobre una mujer que había ingresado en un hospital en Frankfurt. Desde ese momento, en esa conferencia, se comenzó a hablar de la enfermedad de Alzheimer, una de las más conocidas demencias y que se estima que afecta a más de 30.000 personas en Canarias.

La demencia tipo Alzheimer (DTA por sus siglas en inglés: Dementia ) se caracteriza por la pérdida de memoria reciente así como la imposibilidad de grabar eventos nuevos y, que luego va afectando a más áreas del razonamiento e incluso pudiendo llegar a afectar a la parte motriz. La demencia tipo Alzheimer es un trastorno neurológico degenerativo que se presenta en población mayor de 65 años, aunque hay personas que la padecen antes de esta edad considerándose, por tanto, de inicio precoz en estos casos.

Este tipo de demencia tiene algo particular: la creación de placas y ovillos de diferentes proteínas en el cerebro. Estas estructuras se han visto en autopsias de personas de edad avanzada pero no en tanta cantidad como en personas con enfermedad de Alzheimer. Además, en estas últimas, suelen seguir cierto patrón y afectar a zonas relacionadas con la memoria para luego irse expandiendo a más áreas del cerebro.

Las placas son fragmentos que se han ido acumulando en el espacio entre las neuronas de la proteína beta-amiloide. Mientras que los ovillos se depositan en el interior de la célula y están formados por fibras de la proteína TAU. Estas estructuras hacen que las células nerviosas sufran daños irreversibles y mueran generando cambios en la persona como las dificultades en la memoria y en el aprendizaje, incluso problemas a la hora de realizar actividades básicas de la vida diaria lo que genera poco a poco problemas de autonomía en su vida cotidiana.

¿Cómo detectar la enfermedad de Alzheimer?

Existen varias ramas profesionales que intervienen en el diagnóstico, si bien, la principal es la neurología. Los profesionales de esta disciplina médica realizan un estudio exhaustivo con diferentes pruebas para llegar a la conclusión de si la persona padece un deterioro cognitivo compatible con la DTA. Usualmente, para completar la valoración, o en estadios muy precoces, también la psicología puede ayudar a establecer si existe o no deterioro y qué áreas se ven afectadas con la finalidad de nutrir la evaluación final y hacer las recomendaciones oportunas desde el campo de la neurociencia aplicada.

Es de reseñar que es de vital importancia que el diagnóstico se realice en las primeras etapas de la enfermedad para así poder comenzar con los tratamientos multidisciplinares con la finalidad de retrasar el avance de la enfermedad y proporcionar así una mayor calidad de vida el mayor tiempo posible.

Por lo tanto, si observas que un familiar padece algunos de los síntomas la mejor recomendación es ponerlo en manos de profesionales lo antes posible.

¿Qué sintomatología se observa en una persona con Alzheimer?

Muchos de los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer pueden no ser percibidos fácilmente porque se parecen a los signos naturales del envejecimiento, tales como el olvido, pérdida de la concentración, así como problemas motrices y de lenguaje, incluyendo dificultades para hablar y caminar. Los síntomas más comunes de la enfermedad de Alzheimer son:

Pérdida progresiva de la memoria, sobre todo de eventos cercanos, por lo que se suele presentar verborrea sobre eventos pasados en la infancia, adolescencia o de hace mucho tiempo donde la persona se siente segura.
Confusión y desorientación en el tiempo y el espacio.
Realizar en reiteradas ocasiones la misma pregunta.
No saber dónde dejó alguna pertenencia o no saber dónde está algo en su propia casa.
Perder las cosas o dejarlas o esconderlas en lugares poco usuales.
Mostrar agitación, inquietud o nerviosismo.
Rigidez mental a la hora de reflexionar con la persona acerca de alguna equivocación.
Sintomatología depresiva y/o ansiosa.
Confusión en la medicación.
Aislamiento social.

En fases más avanzadas encontramos los siguientes síntomas:

Quererse ir de la casa argumentando que esa no es su casa.
Perderse o extraviarse, incluso en su propio vecindario.
No poder reconocer a familiares cercanos: esposo, esposa o hijos e hijas.
Mostrarse cansada, callada, triste o deprimida.
Dificultades en el orden de la vestimenta.
Olvidarse de cosas importantes de la vida diaria como comer o beber agua.
Necesitar ayuda para el aseo personal u otros.

¿Qué hacer si mi familiar tiene demencia tipo Alzheimer?

En primer lugar, los cuidados de la persona cuidadora son imprescindibles para prestar la ayuda necesaria a la persona enferma. Aliadas de los cuidados son la paciencia y el cariño hacia esa persona. Hablarle en tono amable y tranquilizarle en primera instancia, así como ofrecerle un momento para charlar de las cosas en las que la persona se sienta cómoda. Y, por supuesto, acompañarle en realizar ejercicio físico adaptado así como estimulación cognitiva, además de seguir las pautas farmacológicas.

En este sentido, en COGNITIVATE ofrecemos un espacio profesional donde con un trabajo multidisciplinar centrado en la persona podamos valorar y realizar una propuesta individualizada del abordaje de la enfermedad para intentar retrasar el avance de la misma. Se utiliza metodología vanguardista para la estimulación cognitiva tan necesaria en estos casos así como fisioterapia adaptada para mantener la coordinación, ayuda a la respiración y la estimulación psicomotriz, entre otros. La metodología puede ser grupal en grupo de similares características ayudando así a la prevención del aislamiento fomentando la socialización, e individual para casos que lo requieran o como refuerzo extra si fuera necesario.